sábado, 3 de septiembre de 2016

Claudia Villafañe Correa: Vaivén (Poética Susurrada)



El vaivén del discurso amoroso

 


                                                                                                                                                                                                               La materia animada emite sus canciones y sus eventos líricos, porque el género humano comparte con animales y algunas plantas un método de reproducción a través de un roce profundo y no la simple auto división. Ahí es donde nace el erotismo, en esa danza misteriosa que como humanos traducimos a la palabra. La relación entre erotismo y poesía, dice Octavio Paz, es tal, que  el primero es una poesía corporal y la segunda una erótica verbal.
En este libro Claudia Villafañe nos sumerge en el tema de la experiencia amorosa que de por sí provoca una espiral de ideales. La vida es historia de amor, cuando de amor hablamos el lenguaje toma una forma común, unívoca, que cultiva con intensidad la referencia  al Otro. Ese amor es ante todo comunión  y milagro.
… “de la memoria de los besos

del abrazo profundo

y el vaivén del sexo
Esta poética transcurre en un caudal parejo, cultivando el espacio subjetivo  donde ancló la barca de la introspección. Explora la manera de vivir el amor, el deseo, la  pasión de la primera persona singular, allí se sostiene el foco discursivo. Un orden  fluido  nos atrapa y sorprende  cuando la palabra gira y se convierte en belleza y algo especialmente interesante es la velocidad, a dos líneas de  lo inesperado, el poema resuelve redondamente su caudal  expresivo. La velocidad y la intensidad es una condición de la libido, rescata el instante eterno, pierde la razón, el amor es veloz. Y embriagador  en su vaivén pasa por etapas donde  surgen  palabras afines a la adoración. ¡Al fin el fuego prometeico que calienta, ilumina y descubre al hombre! Diríamos que lo que podemos rescatar de la vida diaria es la adoración por el otro ¿qué más puede hacernos felices? Es para eso que escribimos, trabajamos, servimos. Amar es la finalidad. Ya se ame en la carne,  en el cuidado, en la compasión, en la maternidad, en la fraternidad, en la alegría o la tristeza, el amor entraña un derrotero donde el destino es el otro, sin el cual nada tendría sentido.   


“Demudada, en un santo pavor,

me resigno a tu deseo

y bebo en el cáliz de mi mano”

“Amanece.

Y me hieren los nombres

de las cosas que amamos

huérfanas de sentido, vacías de nostalgia,

atroces como látigos sobre los labios

que ocultan, a sabiendas,

lo que puede salvarnos.”




Convierte  un espacio literario, dejado para la experiencia,  en un obsequioso  ritual que conduce al "Paraíso" del erotismo.  Con el recurso del tiempo litúrgico  nombra   los elementos que rodean el acto sagrado del amor: el lugar de un “áureo gineceo” es el "Sagrario",  las “Vísperas” es  un Adán orante desnudo de pecado”, el Paraíso  es “el animal precioso del deseo el "Ángelus" trae al amado que emerge de mi vientre, el "Ágape" es “un salmo de esponsales”, en el poema Alondra dice No iba a dejar que enfriara el nido hablando del pájaro que vio en la ventana  y que trae   la incertidumbre del discurso amoroso. La poeta  se hace cargo de esa incertidumbre : el miedo al bien perdido y el éxtasis del encuentro; el vaivén del hallazgo y la pérdida.  Compara   la imagen de la “Fragua”, donde se desata  la pasión, con la insoportable levedad de la vida cotidiana.

 “El amor se ha marchado
dejando en el abismo la mujer que yo era
y el hombre que has perdido·”

“¿Por qué no estamos juntos?

Ha mutado el cielo desde que nos vimos.”



"Era en la fragua de la carne amada,
donde yacíamos como hombre y mujer,
atemporales"
Sin embargo, ya no podemos amar nada que tenga el signo del sometimiento, dice George Bataille, y en esta escritura se percibe un estado de “revuelta”, un desorden, (como diría Rosario Castellanos “me desordeno amor me desordeno”). La resistencia ante el estado de desnudez  y abandono donde anida el amor, se convierte en una revuelta callada pero inmensamente saludable que consiste en la desconfianza por el sentimiento, siempre alerta  antes de ver surgir el rechazo en el vaivén.
“luego habrá tiempo de entender

que tanto Eva como Adán

giran en la distancia del olvido”

Claudia aclara que esta es una “Poética Susurrada”.  El universo despierta con un susurro, un ruido sordo y suave  que se produce cuando una persona habla en voz baja o el ruido de las cosas cuando se rozan entre sí, y es en el susurro  que une su voz a la voz de las mujeres, que muchas invisibilizadas, no pueden gritar  su palabra, (este en un drama que palpita detrás de muchas injusticias humanas ligadas a la mujer que se relaciona con temas muy dolorosos como la trata de personas) sin embargo como  mujeres   hablamos  una lengua común que se emite a través de frecuencias que  sentiremos con el radar del cuerpo. Habla  como  delfines,  segura  de que el sonar, el sonar de la poesía llegará a todos y  es ahí la esperanza.  Al nombrar el susurro el tono intimista amplia la conciencia del mundo.
En la 2ª parte del libro, Claudia recorrerá otras  temáticas, y con un discurso llano, observa e incursiona  refugiándose en las certezas y en las dudas.
“Dejo que me lleve la marea convertida en pez

criatura discreta y elocuente”

¿Cómo dejar la huella

 si no he pisado el mundo?


aferrada a mi nombre como un secreto oculto






“Tratar de ser espejo es como inventarme otra vida.”
La poeta va hacia la poesía como al oráculo, la interroga en  busca de respuestas y construye  senderos  hasta reconocerse. Se sitúa, se orienta  y se manifiesta.Habla  del amor, la  libertad, la muerte, la  injusticia, el lugar que ocupa en el mundo, y así,  a través de la palabra circula el testimonio de  su línea entre las líneas de la poesía de Salta.
 Freud enfrentó los escollos de un conformismo social  que aún “no quiere”  saber que los cuerpos humanos son seres de deseo. Pero la mujer gozadora, aquella que se atreve  a embriagarse con la carne de un damasco y decirlo con gracia insolente   nos devuelve  libertad y se transforma  en  un regalo  que ofrece la escritura femenina a la lengua materna. ¡Por eso te decimos gracias Claudia por tu poesía!
                                                                                                



                                                               

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