miércoles, 28 de abril de 2021

  Grandes poemas


 
 
          Lucas Miguel Veliz

 



 


Raúl Gómez Jattin

                                                                     Poeta  colombiano, 31 de mayo de 1945 - 22 de mayo de 1997


Como fuerza de monte
en un rincón oscuro
la infancia nos acecha.
 
Así el leopardo—Martha Cristina Isabel—
El leopardo se asoma por tus ojos
ha saltado derrumbando años
y sobre mi niñez—de bruces—me he derribado
 
Sueños de un día trepando los peldaños de la eternidad:
Tú venías por el sol y yo era de barro triste
Tú tenías noticias del universo y yo era ignaro
 
Los años—Martha—con su carga de piedras afiladas
nos ha separado
Hoy te digo que creo en el pasado
como punto de llegada

viernes, 2 de marzo de 2018

Sin dirección fija




Somos una familia de árboles, cada uno fundando su propio territorio, la  fortaleza, "el hacer mi casa". Cada uno en sus propios dominios sin embargo, unidos por hilos invisibles que nos tejen a pesar de los inconvenientes y los felices aciertos, estamos plantados en la dulce tierra, donde ponemos la primera piedra, la fundante, y por eso le llamamos Pedro. No es cualquier lugar, es el lugar que elegimos para que sea el hogar, al que queremos regresar a descansar, donde, si una mosca vuela, le decimos ¡densa! Porque en el hogar estamos enteros, nuestros ciclos instintivos se ordenan y podemos vivir la vida  más de acuerdo con nosotros mismos. La intimidad es un regalo del alma que nos permite reconocernos, volver a casa.
Cuando uno se cambia de casa el hogar viene con nosotros y a toda costa lo acomodamos, le tapamos el  resplandorprocuramos que la luz sea agradable, la cama tibia, no haya corrientes de aire ni ruidos molestos, si está frío prendemos la estufa, nos damos de comer, nos procuramos momentos de agrado, con la música o el cine, con un libro o jugando con los chicos, nunca estamos incómodos en nuestro hogar, porque si nos sentimos molestos  ahí, y la vida se hace difícil, significa aceptar el exilio de la patria y eso,  hace dar ganas de llorar a los gritos. Necesitamos volver al hogar, regresar a casa
El hogar es “holográfico”. Tiene la forma que le dimos, a veces es una montaña, la lluvia que cae sobre la tierra, una planta reverdecida, un techo a dos aguas, una historia bien contada, una melodía en la que nos favorece el viento; pero, ante todo, es un territorio psíquico, si nos perdemos y no podemos regresar iremos por los caminos viviendo entre zombis, cansados y harapientos sin darnos cuenta del efecto que producen nuestras acciones  y sin claridad para reparar  en lo que fallamos.
En el hogar manifestamos sentimientos que no mostramos cuando estamos en el exterior: una visión, la paz, la liberación de las preocupaciones, de las exigencias, el asombro, los tesoros que nos dan fortaleza para hacer andar el mundo de afuera. El hogar es el nutritivo  mundo interior donde crecen las propias ideas, el orden y el sustento. Nos da el equilibrio que necesitamos y  nos revitaliza. Es un pequeño espacio desde el que vemos brillar las estrellas, y es suficiente para ser felices. 
Si lo hemos perdido lo buscamos, lo buscamos hasta encontrarlo, y en algún momento queremos volver a  él,  y si estuvimos afuera mucho tiempo, la piel se hace dura y pierde la sensibilidad, es necesario mirarnos al espejo y ver el brillo de nuestros ojos, el estado de ánimo, la vitalidad de los sentidos, y darnos cuenta de que ya es hora,  cuando llega la hora, no podemos hacernos los distraídos, cuando llega la hora, llega. Aunque uno no esté preparado, aunque no tenga tiempo, no porque todo esté limpio y ordenado, nadie logra eso, se va porque es la hora y se tiene que ir, su  propio hogar lo espera, lo llama, como se llaman entre sí los lobos en la selva.
Pensamos si llevar al niño con nosotros o dejarlo. Y es mejor llevar al niño a conocer los mundos de abajo, que conozca la naturaleza psíquica, porque el niño es el propio niño interiorrenacido a una nueva instancia en las profundidades de la conciencia. El que nunca se ha sumergido y ha regresado a la superficie es un ser incompleto.
El hogar es la vida instintiva que nos conduce  a resguardo cuando todo es demasiado, demasiado mucho o demasiado poco y es el lugar en el que siempre sale el sol, porque   regresar al hogar es empezar un nuevo día. En ese lugar todo funciona, el eje se desliza  bien engrasado no tememos no saber “qué vendrá”. En un nuevo día hay claridad y la luz nos invade si abrimos las ventanas. En necesario regresar al hogar y muchas cosas pueden ayudarnos  pero la mayor ayuda es una mente atenta a lo que le toca vivir, un corazón dócil para aceptar los cambios o las elecciones de los otros, y valorar claramente  nuestra propia manera de hacer las cosas.
En el hogar que nos llama, reina un absoluto Silencio, el silbido del viento entre los arboles es silencio, el tropezar del agua que corre por el lecho  del rio es silencio, hasta un trueno es silencio. Cuando la naturaleza está en orden y no pide nada a cambio, es el silencio que da la vida para poder escucharnos. No es difícil hacerlo. Lo que cuesta es acordarse de uno mismo. Conversar con el alma, preguntar y responder, en un acto íntimo en soledad, para recordar quienes somos y volver al hogar.
                                                                                                           





miércoles, 28 de febrero de 2018

Festival Nukepatas - Casa de la Cultura.



 



                         La fuerza del silencio

 Pilcomayo frenético andariego.
No hay fronteras para tu cauce,
 ni riveras,  ni monte que te acoja.
Poseído por la garganta del yacaré
masticas la leche denisa, imprevisible
en la que te meneas. Agua enloquecida
que abre  la compuerta
del silencio  impenetrable.
Pájaro atroz, quieren domar
tu furia pero ya estás perdido,
huyes desesperado. Llegas hasta mi casa
y me tengo que ir.


Sin embargo
no olvido ni un segundo
el tiempo en que navegas manso y fiel.
Fortuna  tibia para el cuerpo
 y suave  para el alma.
Traes la paz del sol y el pan de barro.
Obstinado en desbaratar tu lecho forastero
sopesas las posibilidades
confías la voluntad a las piedras
y permaneces oculto debajo de la piel furiosa.

Pero el trashumante siempre hablará
 de la visión que habita.
En ella funda su nación particular.


Si se nombra el silencio
contra viento y marea
en una lengua que sostiene
desconocidos universos humanos,
sorprende, dudo que desafine,
hablar en ese tono pertenece
al oído fino, distinto 
susurros de gruñidos. Ese puede llevar
el mundo entre sus manos.
 El cauce del pensar penetra
 como agua la madera, ve al exterior,
 ve a sus guardianes.
 Es la insistencia lo que derriba muros.


  
El homo sapiens sigue siendo
cazador recolector de joyas y ambrosias.
Será una forma de vida para unos
para otros  un deporte.
Pero pienso en los jardines de aquellos
que reservan y atesoran la virginidad
de los montes umbríos.
Para ellos, las abejas edifican palacios de cera
la  sacha fruta, dulce de sol, brilla desde lejos,
pequeños animales cruzan las sendas
y se entregan  venturosos.
El homo sapiens cazador recolector
 cultiva  sin alterar el diseño original
y camina descalzo en la tierra dorada.
Habla en susurro con el edén del monte
y entre ellos gorgean como pájaros.

El homo sapiens posee explícito derecho  
a vivir en  su Spiritu Mundi
con principios secretos
e incomprensibles razones
le fue reconocida por ley su trashumancia.
Pero su vecino, el homo sapiens depredador urbano,
cartesiano arrogante,
 colonizador colonizado, siempre con hambre
aunque posee el poder y el dinero,
cuando sale a cazar más de lo que tiene
monta un rifle y una topadora
 y por un camión de madera para sillas
destroza  la joya inmóvil de la gente
la envenena, la roba impunemente.
Avasalla el Silencio, como una bestia
que se arrastra hacia Belén.



¿Quién pudiera robar el “Cofre del joyero”
ese cúmulo estelar de la “Cruz del Sur”?
Porque en el cielo, este río de pájaros furiosos
es la Vía Nandú
aunque otros le llamen
 la Vía Láctea.


Vamos de cacería.
El monte se escapa
como arena entre los dedos
pero tenemos la presa en nuestras manos.
La excesiva debilidad desaparece.


Si un hijo del Pilcomayo
pierde la forma humana
apoyado en un tronco, cruza las piernas,
clava los ojos en el infinito
 y detiene el mundo
 mientras fuma.   


A la gente de Misión La Paz, Santa Victoria Este, Tartagal, Salta, que fueron evacuados por las inundaciones y ahora estan alojados en el lado paraguayo del río. Temen nunca más regresar.                                                                                                      Rosa Machado



lunes, 7 de agosto de 2017

Lo único y lo diverso.




 Presentación del poemario Pluriverso de la Dra. Laura B. Rojo.       

 El 17 de abril de 2017, en el Círculo Médico de Salta se presentó “Pluriverso”  la opera prima de una poeta y médica, Laura Rojo. En sus palabras iniciales ella nos cuenta la experiencia de reunir los trabajos en el libro, de los principios que la guían en su cosmogonía y de la estética de su palabra plural, como el universo. Poeta camarógrafa, como se dice de los poetas que hablan de lo que ven y desde ese arraigo natural conducen a lo simbólico.
Pluriverso es un poemario que goza de unidad. Un poemario según la cultura mágica, no es un libro,  sí lo es la novela, dada su condición redonda, pero este trabajo funda  unidad en el  diseño de una "mecánica" que, a partir de ilustraciones, colores, títulos y los mismos poemas, “como las partículas del aire giran entre sí… enamoradas del soltal como reza el epígrafe del  poeta sufí.  El libro es un objeto adorable, con delicado diseño, enunciando la materialidad con  igual intensidad  que la palabra. Un equipo de diseñadores Fabiana Tolaba, Mariana Nuñez, Fernando Javier, Diego Grifasi, Cecilia Amelia Sampayo, participaron en la arquitectura de Pluriverso.
Hablar de la belleza es convocar una visión barroca, pero sí podemos decir que la estética se volvió un factor determinante e insoslayable en la vida cotidiana, hasta el sujeto mismo es una obra de arte. La poeta de Pluriverso se  aventura a indagar el presente  desde otras perspectivas, la profundidad de la experiencia, la proximidad de las cosas, la certeza de su lógica interior. Escribir poesía es  ocasión para entrar  en la epifanía de los sentidos e indagar ese Aleph, al que Borges  le negó existencia  situándolo en los andariveles de la biblioteca infinita. Sin embargo son tiempos de lecturas dicotómicas, de lenguaje bipolar, la escritura es un lugar que invita a  explorar   posibilidades estéticas , ascender a lo hiper-barroco,  toparse con una  lírica voluptuosa, vertiginosamente ordenar descomponiendo el sentido hasta el sin sentido, deconstruyendo la búsqueda  se abre paso  la nueva literatura, para sentar la resistencia . No pretende construir  su Pluriverso más bien acepta la condición pródiga del mundo, no examina  la belleza, sino la mirada oblicua, el estado colateral.
A la ciudad cautiva que  lleva  en  su interior (de la que habla Kristeva) nos convoca  con un mapa-mandala relacionando los círculos celestes  con los elementos, abriendo una mirilla, un resquicio, sumerge al lector en su “alfabeto simbólico”. La enumeración es inevitable porque el lenguaje tiene una condición sucesiva (Borges) no así la imagen. Al contemplar el acontecimiento lo hace desde la primera persona, trabajando  con recursos  abundantes en toponímicos, intertextos, citas, personajes, va dibujando con metáforas “la hoja de ruta”  que  nos invita  “circunnavegar...en la palma de la mano”. Con la promesa de  una contención trae el territorio de  la  Lemuria manifestando un arte poética donde revela el intento  de encontrar el Verbo perdido y trascender el viaje del Arca donde “Descansa Noah y mis hermanas/tras el gran Diluvio”.  
Las evocaciones  mitológicas, como el poema “Sueño de Laberinto” crean un mundo  picaresco,  donde la seducción forma parte de la deriva en la ciudad cautiva, y los fantasmas que la acompañan perforan la temporalidad para  ser traídos a través de otras evocaciones hasta un tiempo des-automatizado, el de la poesía,  no pierde contacto con lo real del sueño, porque “Marzo es poroso”, "Nacer es barroco" y porque a ella la alimenta una quimera.
En el último poema Nave Nodriza se describe a sí misma viniendo de lo terreno  hacia lo eterno como una viajera solar, la nave es la memoria y el instrumento de la poesía, la magia. La vemos entrar en contacto con la lengua madre, pedirle  testimonio de lo visto y vivido,  ser la poeta testigo, no  como Pessoa, que realiza su deriva desde un punto fijo, sino a través del  cauce en movimiento de un libro de viajes.
Muchas veces hace alusión a  su profesión médica ¡tantos son los médicos escritores! Tal vez porque la herramienta cotidiana de un médico es el relato, una herramienta literaria. La cercanía con el dolor, la constante proximidad con la condición íntima del hombre, ver su recuperación o acompañar la muerte  lo llevan a sublimar  lo que encuentra. El médico poeta no pudo perder la sensibilidad  que posee, si  le es posible curar a otros, que  a esta altura se convierte en un Gran Otro, y lo expresa. Como lo hace Baldomero Fernández Moreno, cuando ve ese Buenos Aires a las puertas del progreso del siglo XX, frente a un edificio de rentas estilo francés con setenta balcones y ninguna flor, se atreve a un diagnóstico, ve depresión en el paisaje urbano,porque al mirar no pierde la condición de médico, tal como mira el dolor del cuerpo asiste al dolor del alma: “Si no aman las plantas no amarán el ave no sabrán de música, de rimas, de amor”. Fue un poema que se difundió como la aspirina, lo conocía y lo recitaba todo el mundo. Y ese médico iluminado y la sensibilidad de su razón, es un poeta.
Nuestra poeta Laura Rojo nos brinda su primera prescripción poética, un “Pluriverso” que ante todo expresa la aceptación de la diversidad del mundo.





 
Músico Adrian Moroni https://youtu.be/DGTmdMBOyKg
Fotos de Gri Moreno

viernes, 20 de enero de 2017

La dramaturgia de Meliza Ortiz







  Sobre Piletín y otras obras


 


 En el 1er ENCUENTRO REGIONAL: LA MUJER EN LA ESCENA TEATRAL DEL NOA organizado por el grupo: EL COLECTIVO TEATRO en la ciudad de Jujuy en el mes de noviembre del año 2016,  Iván Santos Vega y Fabiola Vilte  me propusieron participoar presentando dos libros, uno de ellos es “Piletín y otras obras”
Con gran gusto me aproximé a la obra de la escritora  Meliza Ortíz, poeta  y dramaturga, premiada  recientemente en la Provincia de Jujuy.  Meliza  en este libro de dramaturgia, despliega un discurso desopilante que atrapa  al lector. Su lenguaje  puede sostenerse en una y mil escenas del  imaginario colectivo porque  dialoga  permanentemente   tejiendo su palabra en una intertextualidad conectada con la infinita Biblioteca de Babel que conforman las nuevas tecnologías. Borges  fue un visionario. Como dramaturga  aborda sus temáticas  con relatos siempre a punto de cruzar la línea entre lo real y lo simbólico. Decir que  podemos hablar de “ciencia ficción” en estos tiempos es absurdo. El consumo virtual se realiza  puntualmente día a día  permitiendo la certeza de ser parte de una realidad cotidiana común a los  que habitan la cultura informática plagada de símbolos. Las “citas” del cibermundo son metáforas  utilizadas como herramientas de composición,  incluyendo  escenas de películas, personajes que podemos corroborar de manera inmediata,  stalkeándolas o googleándolas , y  si  somos habitantes de la “cultura de nuestro tiempo" tal cosa no haría falta  porque lo que se emite en las pantallas son alegorías o mitologías, casi, populares. 
Como dramaturga  Meliza es profusa y generosa al sugerir  material escénico, marca música, color, detalles, detalles, enriqueciendo el texto dramático que no está precisamente destinado a un lector. Las didascalias, una guía para armar la escena, palabra proveniente del griego, que al nombrarla en un ambiente de teatristas levanta un grueso rumor de contradicciones.
La estructura temática de las piezas  se asoma al comic, que acentúa más las situaciones  que el conflicto en sí. Además, será que escribe con cierto cinismo, burla y desafío? Recursos de la escritura que son interesantes. ¿Escribe obras infantiles o para adultos? Eso dependerá del abordaje del director.
En la obra COMPLEMENTO-AGENTE produce una  meta realidad  en la que  unos guardianes de la lengua, personajes de la oración gramatical, vigilan  desde un mundo paralelo tratando de sostener la sintaxis instituida entre la voz que es y la que debe ser, mientras el personaje NUCLEO DEL SUJETO, a punto de ser suprimido reclama por su leve y banal  existencia, porque la niña que hace los deberes y escribe las oraciones en cualquier momento puede levantarse y marcharse, o tal vez sólo esté soñando, al final, detrás de la niña, aparece el personaje de la película “Masacre en Texas”, Leaterface, un terrorífico grandulón con motosierra, que sorprende  adoptando el personaje NÚCLEO DEL SUJETO, redondea el sentido de la acción de estos agentes del guion.Yo, imagino una maestra arrugando la hoja del alumno, o el automatismo de la educación, pero el cuestionamiento finalmente está simbolizado a través de este personaje mítico de la película.
En otra de las obras, “Los ladrones”da acción a la obsesiva  y amoral adicción al vestuario, de la que se hace eco la voz de la conciencia que interroga en inglés sobre el delito del personaje: el robo de camperas. Camperas  que son descriptas  con abundancia de detalles, colores y géneros. Otra vez el estilo del comic marca la pieza teatral de Meliza.  Musicaliza la escena sugiriendo el uso de  un ringtone, es decir  un tono de celular, de “Cantando bajo la lluvia” como guiño de un tiempo estancado en un falso  presente, mientras la gravedad del robo es nada más que una adicción  que revalida  con otro tema, este es un jazz, de los años 50´, creando la sensación  de que la afección al vestuario, al ropero, es un lastre de la mitad del siglo pasado. 
La poética teatral  de Meliza  utiliza la mediación de otras artes, la música, la danza, las artes plásticas, el cine, pero estas  incursiones no solamente apoyan  o complementan la acción sino que son signos que constituyen el  universo que ella convierte en espectáculo. Vivimos  rodeados de IMÁGENES, es un tiempo mediático, las pantallas forman parte de nuestras vidas y el artista comprometido, como hacedor de nuevos mundos,  incorpora estos  signos  que irá entretejiendo  hasta conseguir  brindar   su producto textual en el teatro. Y  no será ajeno al espectador, ni tampoco  representará la vida tal como es, el resultado es un entramado simbólico ficcional reconocible, que nos resuena en múltiples direcciones, películas, música, personajes archiconocidos.
Meliza Ortiz crea sus obras desde  las exigencias de este nuevo lugar de la representación teatral. También nos acerca a estados propios de la infancia, donde el profundo desorden hilvana un orden que reconstruye sensaciones reconocibles,  absurdas, pero aferradas a la  realidad a través de historias de la pantalla, aportando una forma de resistencia  que confirma  la libertad de todo lo que se puede hacer con la escritura, la resistencia del arte.  Rosa Machado